La previa de la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y FC Barcelona se ha visto empañada por una decisión sin precedentes del club blanco: boicotear todos los actos oficiales organizados por la RFEF previos al partido. La medida ha desatado una tormenta institucional y ha elevado al máximo la tensión en Sevilla, a pocas horas del clásico español más esperado del año.
El detonante de la protesta fue la emotiva y polémica conferencia de prensa del árbitro designado para el encuentro, Ricardo De Burgos Bengoetxea, quien rompió en llanto al referirse a las críticas constantes recibidas por parte del canal oficial madridista. El juez denunció públicamente que las afirmaciones del medio han afectado incluso a su familia: “A mi hijo en el colegio le dicen que su padre es un ladrón”, expresó visiblemente afectado.
Tras el episodio, el Real Madrid anunció oficialmente su decisión de no participar en la rueda de prensa, el entrenamiento oficial, ni los actos de convivencia institucional programados en La Cartuja, incluyendo la tradicional fotografía de juego limpio y la cena de gala entre directivos. El técnico Carlo Ancelotti y el jugador Luka Modrić, asignados para hablar ante los medios, no asistieron, rompiendo el protocolo habitual.
Por su parte, el FC Barcelona sí cumplió con la agenda establecida. El entrenador Hansi Flick y el defensor Ronald Araújo se presentaron ante los medios con postura diplomática. Flick se limitó a decir: “Es nuestra responsabilidad proteger a todos los involucrados. No está bien lo que está pasando”, sin avivar la polémica.
La Federación Española de Fútbol (RFEF) confirmó la ausencia del club blanco y no ha descartado tomar medidas disciplinarias. Mientras tanto, medios locales han comenzado a especular con un posible aplazamiento del encuentro si el Real Madrid decide no presentarse en señal de protesta.
En un mensaje emitido por Real Madrid TV, el club justificó su ausencia con contundencia: “La gravedad de los hechos ocurridos en la rueda de prensa del equipo arbitral ha provocado que el Real Madrid no se presente a ninguno de los actos oficiales de la Federación”, dejando claro su desconfianza hacia el estamento arbitral.
El clásico más tenso de los últimos años está en vilo.
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