La renuncia del viceministro de Migraciones, Daniel Ávila, sacude al Ministerio de Relaciones Exteriores en medio de crecientes tensiones internas entre la canciller Laura Sarabia y sectores del alto gobierno.
Ávila, un funcionario de amplia trayectoria técnica y diplomática, decidió dejar su cargo tras múltiples obstáculos para cumplir sus funciones, especialmente por la negativa del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) a aprobar sus comisiones de viaje desde Washington, donde residía, hacia Bogotá. La ministra Sarabia confirmó las dificultades: “Lastimosamente está siendo difícil la aprobación de comisiones de los funcionarios de la Cancillería”, expresó.
Desde el Ministerio del Interior se señaló que la salida de Ávila responde también a una decisión del presidente Gustavo Petro, quien habría cuestionado la frecuencia de sus viajes y los costos asociados: “El presidente no lo quería en el cargo y no se explica un funcionario que tengamos que pagarle todas las semanas vuelos desde Washington a Bogotá”, indicó una fuente oficial.
En reemplazo de Ávila, Rosa Villavicencio asumirá como encargada de la Vicecancillería de Migraciones, mientras Sarabia espera concepto de Función Pública para avanzar en una reestructuración del Ministerio.
Este episodio refleja la fractura creciente entre Sarabia y el entorno de Armando Benedetti, exembajador en Venezuela, quien ha retomado protagonismo político tras acercamientos con el DAPRE, ahora dirigido por Angie Rodríguez, ficha del ministro de Salud, Guillermo Jaramillo.
Las tensiones escalaron visiblemente durante el último Consejo de Ministros, donde Sarabia fue relegada a una silla en un extremo de la sala. Aunque el presidente conversó brevemente con ella al final del encuentro, su aislamiento fue evidente.
Paralelamente, Benedetti ha sostenido reuniones clave con diplomáticos de la Unión Europea y Estados Unidos para discutir temas que tradicionalmente son manejados por la Cancillería, lo que aumenta la percepción de un debilitamiento institucional del despacho que lidera Sarabia.
Además, se espera que este miércoles Sarabia acuda a la Fiscalía a rendir declaración en el caso que involucra a Benedetti por presuntas agresiones cometidas contra su exasesora. El proceso revivió después de que se filtraran audios donde Benedetti la increpa y exige cargos ministeriales.
La Cancillería, sacudida por luchas de poder, enfrenta así un nuevo momento de crisis justo cuando el país necesita dirección clara en política exterior.
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