La víctima, Iryna Zarutska (23), murió tras ser apuñalada por un exconvicto diagnosticado con esquizofrenia. Cámaras captaron el brutal ataque.
Estados Unidos vive una nueva conmoción tras el asesinato de la joven ucraniana Iryna Zarutska, de 23 años, quien fue apuñalada en un tren de Charlotte, Carolina del Norte, el pasado 22 de agosto.
El atacante fue identificado como DeCarlos Brown Jr., de 34 años, un exconvicto con historial de esquizofrenia. Cámaras de seguridad registraron cómo, sin mediar palabra, se levantó del asiento y la atacó en repetidas ocasiones mientras la joven vestía el uniforme de la pizzería donde trabajaba.
Luego del crimen, Brown caminó por los vagones con el arma en la mano, sembrando pánico entre los pasajeros.
En una llamada posterior a su hermana, revelada por Daily Mail, Brown confesó que apuñaló a Zarutska porque creía que ella le “leía la mente” y aseguró que el Gobierno había implantado “materiales extraños” en su cerebro.
La familia de la víctima y organizaciones de migrantes han exigido justicia y mayor atención a la salud mental en Estados Unidos, señalando que este caso refleja un preocupante vacío en la prevención de delitos violentos en espacios públicos.
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