El debate político en Colombia ha tomado un giro técnico y tenso, tras la negativa del Congreso de aprobar el monto del presupuesto para 2025 propuesto por el Gobierno. Minutos después del rechazo, el presidente Gustavo Petro acusó a los legisladores de bloquear una reducción de impuestos a las empresas, argumentando que «han rechazado bajar el impuesto de renta a todas las empresas de Colombia», en un mensaje publicado en su cuenta de X. Esta confrontación refleja no solo la disputa por el límite de gasto propuesto, sino también un choque político entre el Gobierno progresista y la mayoría del Senado, lo que pone en duda la viabilidad del acuerdo nacional promovido por Petro para sus reformas.
Juan Fernando Cristo, designado ministro del Interior hace dos meses, ha trabajado incansablemente para lograr acercamientos con el Congreso bajo la premisa del acuerdo nacional, una fórmula defendida por el senador Iván Cepeda. A pesar de esos esfuerzos, el rechazo del presupuesto revela las dificultades del Gobierno para concretar este pacto, especialmente cuando la propuesta presentada incluía un déficit de 12 billones de pesos que requería una ley de financiamiento para subsanarlo.
El escenario actual es incierto, con la posibilidad de que el presupuesto sea aprobado en una nueva sesión o que, ante un nuevo rechazo, el Gobierno lo emita por decreto. El proyecto de ley de financiamiento, que incluye aumentos y reducciones de impuestos, sigue en discusión. Sin embargo, lo que parece estancado es el acuerdo nacional, que enfrenta pruebas aún mayores con la reforma a la salud, el próximo gran desafío legislativo.
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