Este martes, Irán lanzó un ataque con decenas de misiles hacia Israel, generando un estado de alerta máxima en todo el país. Las sirenas de alarma sonaron a lo largo de Israel, mientras las autoridades instaban a la población a refugiarse en espacios protegidos. El ataque iraní es una escalada significativa en el conflicto regional, ya que ocurrió horas después de que Israel comenzara una invasión en el sur del Líbano, con el objetivo de neutralizar a Hezbolá, el grupo chiita aliado de Teherán.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que alrededor de 180 misiles fueron lanzados desde Irán, aunque la mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa aérea israelí, apoyado por buques estadounidenses en la región. Aunque hubo explosiones en Tel Aviv y otras ciudades del centro del país, no se reportaron heridos graves.
La televisión estatal iraní emitió un comunicado del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) confirmando el ataque y advirtiendo que, si Israel responde, habrá nuevas represalias. Según el CGRI, el ataque fue una respuesta a los asesinatos del líder de Hamás, Ismail Haniya, y el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, así como por la muerte de libaneses y palestinos en recientes enfrentamientos.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, señaló que este ataque representa «una fuerte respuesta a la agresión del régimen sionista», pero aseguró que Irán «no busca la guerra», aunque afirmó que enfrentará cualquier amenaza con firmeza.
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