El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este viernes 17 de enero la suspensión de los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en respuesta a una escalada de violencia en el Catatumbo que ha dejado al menos 30 muertos, incluidos cinco firmantes del acuerdo de paz de 2016.
El mandatario calificó las recientes acciones del Eln como «crímenes de guerra» y aseguró que las hostilidades evidencian la falta de voluntad de paz de este grupo armado. «Han ensangrentado el Catatumbo. Oímos la voz de las madres», expresó Petro en su cuenta de X, al compartir un comunicado de las Madres del Catatumbo por la Paz, que clamaban por una intervención del Gobierno ante la crisis humanitaria.
La violencia, que inició el 16 de enero, se enmarca en combates entre el ELN y disidencias de las Farc. Según el ELN, la ofensiva responde a disputas con las disidencias lideradas por alias «Richard», a quien exigen que se entregue. Además, el grupo guerrillero emitió un comunicado declarando como objetivo militar a empresas y comerciantes supuestamente implicados en «negociaciones debajo de la mesa».
Este anuncio supone un fuerte revés para el proceso de paz que lidera el Gobierno Petro, que había priorizado las negociaciones con el ELN como parte de su política de “paz total”. La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por la grave situación en la región, mientras el Gobierno evalúa las próximas medidas para restablecer la seguridad en el Catatumbo.
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