El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a los recientes hechos de violencia en el Catatumbo, que dejaron más de 30 muertos, desplazamientos masivos y amenazas contra la población civil. La decisión ha generado reacciones encontradas en el Congreso.
Desde el Partido Verde, el senador Ariel Ávila calificó la decisión como inevitable: “Era la crónica de una muerte anunciada. Esto ya es el cierre del proceso y el sello de fracaso de la política de Paz Total”. Por su parte, el representante liberal Carlos Felipe Quintero afirmó que esta suspensión debió ocurrir mucho antes, señalando que “el ELN no tiene voluntad de paz y se burla de los colombianos”.
En el Pacto Histórico, el representante David Racero respaldó la medida, indicando que “un proceso de paz sin gestos de buena voluntad es inviable”. El senador del Partido Comunes, Carlos Antonio Lozada, lamentó que la estrategia del Gobierno haya fallado, aunque insistió en la importancia de seguir buscando caminos para la paz.
Desde la oposición, voces como la de la senadora María Fernanda Cabal del Centro Democrático y el representante Julio César Triana de Cambio Radical pidieron medidas más contundentes. Cabal instó a que “se restablezca el Estado de Derecho y la autoridad”, mientras Triana criticó la estrategia de Paz Total, considerándola un error que ha fortalecido a los grupos armados ilegales.
En el Partido Conservador, la congresista Ingrid Sogamoso apoyó la suspensión, destacando la falta de voluntad de paz del ELN y los recientes asesinatos perpetrados por esta guerrilla.
Con esta decisión, el futuro de los diálogos de paz queda en incertidumbre, mientras el Gobierno analiza nuevas estrategias para garantizar la seguridad en el país.
El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a los recientes hechos de violencia en el Catatumbo, que dejaron más de 30 muertos, desplazamientos masivos y amenazas contra la población civil. La decisión ha generado reacciones encontradas en el Congreso.
Desde el Partido Verde, el senador Ariel Ávila calificó la decisión como inevitable: “Era la crónica de una muerte anunciada. Esto ya es el cierre del proceso y el sello de fracaso de la política de Paz Total”. Por su parte, el representante liberal Carlos Felipe Quintero afirmó que esta suspensión debió ocurrir mucho antes, señalando que “el ELN no tiene voluntad de paz y se burla de los colombianos”.
En el Pacto Histórico, el representante David Racero respaldó la medida, indicando que “un proceso de paz sin gestos de buena voluntad es inviable”. El senador del Partido Comunes, Carlos Antonio Lozada, lamentó que la estrategia del Gobierno haya fallado, aunque insistió en la importancia de seguir buscando caminos para la paz.
Desde la oposición, voces como la de la senadora María Fernanda Cabal del Centro Democrático y el representante Julio César Triana de Cambio Radical pidieron medidas más contundentes. Cabal instó a que “se restablezca el Estado de Derecho y la autoridad”, mientras Triana criticó la estrategia de Paz Total, considerándola un error que ha fortalecido a los grupos armados ilegales.
En el Partido Conservador, la congresista Ingrid Sogamoso apoyó la suspensión, destacando la falta de voluntad de paz del ELN y los recientes asesinatos perpetrados por esta guerrilla.
Con esta decisión, el futuro de los diálogos de paz queda en incertidumbre, mientras el Gobierno analiza nuevas estrategias para garantizar la seguridad en el país.
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