El cónclave cardenalicio sorprendió al mundo este jueves al anunciar la elección de Robert Francis Prevost como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, quien adoptará el nombre de León XIV. El anuncio, que tuvo lugar desde el balcón de la Basílica de San Pedro, desató una ovación masiva entre miles de fieles congregados en la plaza vaticana.
Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago (EE. UU.) y nacionalizado peruano desde 2015, se convierte en el primer Papa norteamericano de la historia y el segundo latinoamericano tras Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. Su elección marca un nuevo capítulo para la Iglesia, con un pontífice de sólida formación intelectual, vasta experiencia misionera y fuerte vínculo con América Latina.
La trayectoria pastoral de Prevost está estrechamente ligada al Perú, donde vivió durante más de una década sirviendo como misionero agustino en Chulucanas y Trujillo. Allí no solo lideró comunidades religiosas, sino que desempeñó roles clave como prior, formador y vicario judicial. En 2014, el Papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo, y posteriormente, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Con formación en matemáticas, teología y derecho canónico, y doctorado en Roma, Prevost ha sido miembro de siete importantes dicasterios del Vaticano, consolidando una influencia significativa en el corazón de la curia romana. Su elección es vista como una señal de continuidad con el legado reformista de Francisco, pero también como una apertura hacia nuevos horizontes pastorales y geográficos.
Su pontificado inicia bajo el nombre de León XIV, evocando fuerza y renovación, en un momento en que la Iglesia enfrenta desafíos globales como el secularismo, los escándalos de abuso, la polarización interna y la necesidad de una mayor descentralización e inclusión.
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