La más reciente medición de la encuesta “Valle Va” refleja profundas diferencias en la percepción ciudadana sobre la gestión de las alcaldías en varios municipios del Valle del Cauca. Mientras algunas administraciones muestran respaldo sostenido o repuntes notables, otras atraviesan una fuerte crisis de legitimidad ante la opinión pública.
Palmira se mantiene como el caso más sólido en términos de aprobación. Aunque su respaldo bajó levemente desde noviembre de 2024 (76,3%) a mayo de 2025 (71,7%), la desaprobación no ha superado el 20% en ningún momento, consolidándose como el municipio con mejor imagen de gestión en el departamento.
Por el contrario, Jamundí enfrenta un desplome crítico en su aprobación: del 47,1% en noviembre a solo 21,4% en mayo. En paralelo, la desaprobación se disparó al 66,3%, revelando un creciente malestar ciudadano con la administración local.
Un comportamiento contrario se observa en Yumbo, donde la aprobación, tras una caída en febrero (44,8%), se disparó nuevamente en mayo hasta el 63,4%, superando incluso sus niveles iniciales. Aunque el estudio no detalla las causas, el repunte sugiere una reconfiguración exitosa de la gestión.
Candelaria y Tuluá muestran también una caída preocupante. En el primero, la aprobación se redujo de 68% en noviembre a 37,2% en mayo; en el segundo, pasó de 52,2% a 35,3% en el mismo período. Buga, por su parte, tuvo una mejora temporal en febrero, pero volvió a caer a 30,5% en mayo.
Cartago mantuvo una aprobación relativamente estable, oscilando entre el 51,7% y el 47%, con una desaprobación que ronda el 35%.
En Buenaventura y Sevilla, el deterioro fue claro. El alcalde del puerto vio caer su aprobación a 27%, mientras que en Sevilla esta se ubicó en 34%, ambas con aumentos significativos en sus niveles de desaprobación.
El panorama municipal en el Valle evidencia no solo una ciudadanía exigente, sino una fuerte volatilidad en la confianza hacia los gobiernos locales.
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