Han pasado 157 días desde que Gustavo Orozco asumió como secretario de Movilidad de Cali, y su llegada no ha pasado desapercibida. Su estilo directo, los operativos diarios y la avalancha de comparendos desde el 3 de enero de 2025 han generado una fuerte polémica en la ciudad. Mientras algunos celebran lo que consideran un intento por recuperar el orden, otros lo acusan de abusos, persecución y favoritismo.
Orozco, quien no tenía una trayectoria pública destacada antes de asumir el cargo, ha impuesto lo que él llama “mano dura” para imponer respeto a las normas de tránsito. “Yo creo que hay mano dura y todo el mundo lo está viendo, porque es parte de lo que el alcalde Alejandro Eder le prometió a la ciudad: recuperar el orden”, declaró el funcionario en medio de las críticas.
Sin embargo, en redes sociales la percepción es otra. Usuarios denuncian que los agentes de tránsito —bajo la gestión de Orozco— actúan con autoritarismo y en muchos casos con violencia verbal, especialmente contra ciudadanos de sectores vulnerables. “La ley no es igual para todos”, escriben algunos en redes, señalando que mientras se ejecutan operativos masivos en barrios populares, las zonas más acomodadas de la ciudad —donde también hay caos vial— parecen estar exentas del mismo rigor.
Las quejas no son solo por el exceso de comparendos, sino por la forma en la que se ejecutan. Videos en redes muestran intervenciones que ciudadanos califican como “abuso de autoridad”, en lo que muchos ya describen como un ambiente de persecución sistemática bajo la excusa del orden.
A pesar de los cuestionamientos, el secretario no ha dado señales de frenar su enfoque. El debate sobre si se está imponiendo autoridad o autoritarismo apenas comienza, y muchos se preguntan: ¿quién pone límites al que dice venir a imponerlos?
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