Un juez condenó a más de 12 años de cárcel a los responsables de los asesinatos de Mateo Jaramillo Naranjo, joven docente de inglés, y Karis Saldarriaga, activista LGBTIQ+, en hechos ocurridos en Medellín y Caldas (Antioquia). Ambos crímenes generaron conmoción en la comunidad LGBTIQ+ y despertaron alertas por la violencia contra esta población.
Por el homicidio de Mateo Jaramillo, ocurrido el pasado 17 de enero en su vivienda del barrio Florida, comuna 11 (Laureles-Estadio), fueron condenados Yoimar Blandón Córdoba, alias «Rey Chalo», y Daniel González Cano. Según la investigación, los sujetos ingresaron a su residencia con la excusa de compartir un momento social y horas más tarde lo asesinaron mediante asfixia, tras despojarlo de objetos de valor.
El cuerpo de Mateo, de 23 años, fue hallado semidesnudo, atado con luces navideñas y con signos de violencia, por allegados que no lograban contactarlo. La evidencia recopilada en el lugar y el seguimiento de los movimientos con tarjetas bancarias hurtadas permitió capturar a los responsables el 8 de febrero. Ambos aceptaron cargos por homicidio agravado dentro de un preacuerdo con la Fiscalía y fueron condenados a 17 años y 8 meses de prisión. No obstante, aún enfrentan procesos por hurto calificado, cargos que no aceptaron.
En un caso similar, Diego Alexánder Becerra Rave fue condenado a 12 años de prisión por el asesinato de Karis Saldarriaga, de 61 años, reconocida activista LGBTIQ+, en su apartamento del municipio de Caldas. El crimen ocurrió el 20 de octubre del año pasado, en un aparente intento de hurto o hecho de intolerancia, aún bajo investigación.
Karis fue encontrada sin vida por sus vecinos con múltiples heridas de arma blanca en el pecho y cuello. Según versiones de allegados, días antes del asesinato, la víctima esperaba recibir dinero por la venta de su propiedad, lo que podría haber motivado el ataque. El agresor había compartido tiempo con Karis la noche del crimen.
Ambas condenas son consideradas un paso en la lucha contra la impunidad de crímenes motivados por prejuicio y vulnerabilidad social.
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