El presidente Gustavo Petro confirmó la renuncia de la canciller Laura Sarabia, una de sus más cercanas y poderosas colaboradoras, a través de un mensaje en su cuenta oficial en la red social X. La salida de Sarabia se da en medio de profundas diferencias con el jefe de Estado sobre la adjudicación del contrato para la expedición de pasaportes, un proceso clave que ha generado tensiones al interior del Gobierno.
“Espero que sea una mejor mujer de la que era cuando me conoció”, escribió Petro, reconociendo el papel “vital” de Sarabia en su campaña presidencial, así como su capacidad organizativa y su inteligencia. El mandatario le deseó “la mejor de las suertes” y destacó su disciplina y compromiso durante su gestión.
La ahora exministra había anunciado la intención de renovar el contrato con la empresa Thomas Greg & Sons por 11 meses más para garantizar la continuidad en la expedición de pasaportes. Aunque Petro inicialmente aceptó esa ruta —incluso bajo la figura de “urgencia manifiesta”—, posteriormente cambió de postura e instruyó que el proceso se adelantara con la Imprenta Nacional, decisión que Sarabia no compartió.
“No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”, explicó Sarabia en su carta de renuncia. Añadió que su decisión responde a una “reflexión profunda” basada en la responsabilidad con su conciencia, el país y el ejercicio del poder público.
La renuncia de Sarabia marca un punto de inflexión en el gabinete de Petro, dado que fue una de sus figuras más influyentes desde la campaña presidencial. Su salida representa no solo una fractura interna, sino también un mensaje político en torno al manejo de decisiones estratégicas en el Gobierno.
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