Un nuevo caso de violencia sexual contra una menor indígena vuelve a estremecer a Colombia. Esta vez, la víctima es una niña de 11 años perteneciente a una comunidad indígena asentada en el municipio de Cota, Cundinamarca, quien actualmente enfrenta un embarazo de aproximadamente siete semanas, producto de un presunto abuso sexual.
El presunto agresor, ya capturado por las autoridades, es un voluntario de la Defensa Civil Colombiana, quien ocupaba el cargo de coordinador operativo en el organismo de socorro. La institución confirmó que ha sido suspendido provisionalmente y se le abrió una investigación disciplinaria por una falta gravísima, conforme al artículo 30 de la Resolución 000292 de 2024.
La situación fue detectada por la institución educativa a la que asiste la menor, la cual activó la “ruta blanca” de atención especializada para casos de violencia sexual infantil, en coordinación con la Policía de Infancia y Adolescencia. Esto permitió iniciar una investigación penal que derivó en la captura del sospechoso.
La Fiscalía presentó pruebas que respaldan la acusación y continúa con la recolección de evidencias para el proceso judicial. Uno de los aspectos que también se investiga es si la madre de la menor podría haber tenido algún grado de responsabilidad o conocimiento previo sobre lo ocurrido.
El secretario de Gobierno de Cota, Daniel Manchola, expresó su rechazo:
“Rechazamos contundentemente cualquier acto violento en contra de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Es lamentable que estos hechos que enlutan a la población se presenten en nuestro territorio”.
La comunidad, organismos defensores de los derechos de los niños y pueblos indígenas, y la ciudadanía en general han manifestado su profunda indignación por este caso que pone en evidencia la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención y protección en territorios vulnerables.
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