En octubre de 2024, el ministro de Educación, Daniel Rojas, anunció con bombos y platillos desde Tuluá una inversión de $22.800 millones para la ampliación de la sede de la Universidad del Valle en ese municipio. La obra, que según el anuncio estaba en fase 3 y sería adjudicada a través de Findeter, debía iniciar con recursos del denominado “Gobierno del Cambio”.
Sin embargo, nueve meses después, la promesa sigue en el papel. De acuerdo con un derecho de petición revelado por el representante a la Cámara Víctor Manuel Salcedo (Partido de la U), el proceso licitatorio fue suspendido por supuestas irregularidades, no se han realizado desembolsos y las obras no han comenzado.
Lo más preocupante, señalan sectores críticos, es el silencio de congresistas del Pacto Histórico como Alfredo Mondragón y Duvalier Sánchez, quienes no han hecho ningún pronunciamiento frente a la retención de recursos para un proyecto clave de educación superior en el Valle del Cauca. Para sus opositores, esto evidencia que sus controles políticos son selectivos y omiten cuestionar a sus propios aliados.
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