El Fenerbahçe de Turquía confirmó este miércoles la salida de José Mourinho, luego de un año de gestión sin los resultados esperados. El portugués, que había llegado como un fichaje estelar tras su paso por la Roma, no logró conquistar ningún título y terminó sentenciado tras la eliminación en la fase previa de la Liga de Campeones frente al Benfica, gran rival del Oporto, club que lo catapultó a la élite.
La afición esperaba que Mourinho devolviera la gloria liguera al Fenerbahçe, que no gana el campeonato desde 2014. Sin embargo, su equipo quedó lejos de ese objetivo, pese a sumar 37 victorias, 14 empates y 11 derrotas.
Más allá de los resultados, el técnico de 61 años protagonizó varios episodios polémicos: en abril, tras perder un derbi, tomó del rostro al entrenador del Galatasaray; y dos meses antes fue sancionado con cuatro partidos y una multa por acusar a los árbitros turcos de favorecer a su histórico rival.
Su etapa en Estambul, que inició con un recibimiento multitudinario, terminó con Mourinho abatido en las ruedas de prensa y reconociendo las limitaciones del plantel. Ahora dejará Turquía hospedado en el lujoso Hotel Four Seasons, pero con un cheque de indemnización de al menos 9 millones de euros, según la prensa local.
El futuro del “Special One” es incierto y su salida plantea la pregunta: ¿estamos viendo el ocaso definitivo de una de las carreras más laureadas del fútbol europeo?
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