Más de 230.000 beneficiarios perdieron el subsidio a la tasa de interés. Médicos e ingenieros recién graduados enfrentan deudas que superan la mitad de sus salarios.
El Icetex vuelve a estar en el ojo del huracán tras la decisión de suspender los subsidios a la tasa de interés que durante años ayudaron a miles de estudiantes a cumplir su sueño de graduarse.
Historias como las de Natalia Barrera, médica en Bogotá, muestran el impacto humano: de pagar $3,5 millones mensuales en 2024 pasó a $4,6 millones en marzo de 2025, casi todo su salario de $5,2 millones. El desespero la llevó incluso a hospitalizaciones por salud mental.
Felipe Osorio, ingeniero aeronáutico, pasó de $346.000 a $633.000. De esa suma, apenas $20.000 se destinan al capital, el resto son intereses.
Karen Angarita, médica en Medellín, pasó de $1 millón a $2 millones, la mitad de su sueldo. “Nos endeudaron el futuro. No puedo pensar en especializarme”, aseguró.
La representante Catherine Juvinao denunció que en los últimos tres años más de 230.000 jóvenes perdieron el subsidio, el 99 % de estratos 1, 2 y 3. La tasa de interés saltó del 5,08 % al 16,51 %.
Mientras el Gobierno alega una “compleja situación fiscal”, en el Congreso exigen claridad sobre si el presupuesto de 2026 incluye recursos para restituir los subsidios.
El recuerdo de la promesa hecha por Gustavo Petro en campaña —condonar las deudas del Icetex— resuena entre los afectados, que hoy enfrentan un panorama incierto y asfixiante.
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