La catedral de Notre Dame de París abrió nuevamente sus puertas al culto este domingo, marcando un momento histórico tras más de cinco años de ardua reconstrucción luego del incendio que devastó el monumento en 2019. En un evento solemne y cargado de simbolismo, se celebró la primera misa en el renovado templo, considerada un hito en el renacimiento del icónico edificio gótico y del patrimonio cultural de Francia.
La liturgia fue presidida por el arzobispo Laurent Ulrich, quien consagró un nuevo altar de bronce en presencia de unas 2.500 personas, incluyendo al presidente francés Emmanuel Macron, dignatarios, clero y fieles de diversas partes del mundo. La misa se realizó a puerta cerrada, contando con la participación de 170 obispos y representantes de todas las parroquias de la diócesis de París, así como de las iglesias católicas de rito oriental.
Para muchos, este acto simboliza más que un evento religioso. Representa la resiliencia de París y la culminación de un esfuerzo monumental respaldado por cerca de mil millones de dólares en donaciones globales. La artesanía meticulosa y la dedicación inquebrantable hicieron posible devolver a Notre Dame su grandeza, combinando técnicas tradicionales con enfoques modernos en su restauración.
Tras la misa, los asistentes recorrieron la catedral, maravillándose ante el altar recién consagrado, los vibrantes rosetones y los espacios sagrados recuperados. Para muchos, fue un momento de profunda espiritualidad y alegría. “Volver aquí después de tanto tiempo es sobrecogedor”, expresó un fiel.
La reapertura oficial de la catedral tuvo lugar el sábado con una ceremonia institucional, mientras que la misa del domingo marcó el renacimiento del corazón espiritual de París. La catedral, que ha sido testigo de siglos de historia, se prepara para recibir nuevamente a millones de visitantes de todo el mundo.
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