Luego de cuatro días de restricciones y miedo en las comunidades ribereñas del río Baudó, en el departamento del Chocó, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció el fin del paro armado impuesto desde el pasado viernes por el Frente de Guerra Occidental.
A través de un comunicado difundido en redes sociales este lunes 5 de mayo, el grupo armado agradeció a la población por acatar las restricciones de movilidad, impuestas —según ellos— como una medida para proteger a los civiles en medio de enfrentamientos con el Clan del Golfo.
“Un abrazo fraterno y solidario a los habitantes del río Baudó”, expresó el ELN en su misiva, asegurando que las comunidades “comprenden la necesidad de salvaguardar la vida e integridad” ante lo que denominaron “la nueva embestida paramilitar”.
La guerrilla arremetió contra los medios de comunicación por señalar que el paro armado sería una estrategia para mantener rutas de narcotráfico en la zona. El grupo armado insistió en deslindarse del narcotráfico, acusando al Clan del Golfo de ser el verdadero responsable del control de las rutas que conectan el río Atrato y el Baudó con el océano Pacífico y la frontera con Panamá.
En tono crítico, el ELN también apuntó contra altos funcionarios del Estado, incluyendo al coronel Ramón Fonseca, el almirante Francisco Cubides y la secretaria del Interior del Chocó, Jenny Rivas, a quienes acusan de ignorar la presencia y expansión del Clan del Golfo en esta región históricamente marginada.
El grupo insurgente reiteró que su accionar en esta zona responde a lo que denominan una “ausencia del Estado” y cuestionó que se hable de “normalidad” en el contexto de las comunidades del Baudó, debido al abandono institucional y la violencia persistente.
La Defensoría del Pueblo y organizaciones humanitarias han reiterado su llamado al respeto de los derechos humanos y al cese de hostilidades en los territorios habitados por población civil.
Todos los derechos reservados El opinometro del valle