Este lunes 12 de mayo, la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, confirmó que, según los canales de comunicación humanitaria establecidos con los captores, el secuestro del menor Lyan José Hortúa fue calificado por los mismos responsables como “un error”. Así lo habrían manifestado integrantes de la disidencia Jaime Martínez de las Farc, en diálogo con el sacerdote Ómar Arturo López, delegado de la Arquidiócesis de Cali.
Según la mandataria, los responsables del plagio aseguraron que el menor está en buen estado de salud y expresaron su disposición a liberarlo, en lo que se trataría de una confusión durante un fallido intento de secuestro al padrastro del niño, quien se encontraba armado y disparó al momento del ingreso de los delincuentes.
“El padre Omar nos transmitió que manifestaron su intención de entregar al menor y que reconocieron que había sido un error”, señaló la alcaldesa, quien también destacó la participación activa de organismos internacionales como la Cruz Roja, la ONU y la Iglesia Católica en el proceso de mediación.
De acuerdo con las versiones entregadas por la Policía Metropolitana de Cali, el secuestro tendría un fin extorsivo, dirigido inicialmente al padrastro del menor. No obstante, al desatarse el caos en la vivienda —incluidos disparos y la huida de varios familiares— los secuestradores terminaron llevándose al niño, que en ese momento se encontraba con la empleada del servicio.
En paralelo, las autoridades ofrecieron una recompensa de hasta 200 millones de pesos por información que permita ubicar a alias “Oso Yogui”, presunto autor intelectual del secuestro.
La comunidad permanece en vilo, unida por el clamor de justicia y la esperanza de que Lyan regrese sano y salvo al seno de su familia. La liberación podría concretarse en las próximas horas, según fuentes cercanas al proceso de negociación humanitaria.
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